Alguna vez te has preguntado ¿Cómo reaccionan los más pequeños de la casa ante una pérdida o proceso de duelo?, si tú, al igual que yo te has hecho esta pregunta… Te invito a que continúes leyendo.
Es importante que sepas, que el comportamiento infantil ante las pérdidas o los procesos de duelo, de manera frecuente, es malinterpretado por los adultos, de tal manera que, creen que los más pequeños de la casa no reaccionan ante este suceso debido a que no logran comprender lo que pasa.
Sin embargo, lo que los adultos no saben, es que los pequeños no reaccionan de la misma manera que ellos ante este tipo de eventos.
¿Por qué ocurre esto?
Esto es debido a que la mente de los pequeños los protege de experiencias que son fuertes e impactantes para su edad; de tal manera que, los pequeños no pueden mostrar sus sentimientos por completo y adoptan reacciones específicas.
Por ejemplo:
Algunos pequeños en vez de ser retraídos o mantener pensamientos relacionados con la pérdida, son más activos y manifiestan su tristeza por algunos minutos y de inmediato continúan riendo y jugando, pueden llorar o sentir temor al sentirse abandonados por algunos minutos, etc.; debido a que no cuentan con las herramientas suficientes para expresar lo que sienten.
Entonces… ¿Cómo viven las pérdidas o los procesos de duelo los pequeños?
Las pérdidas y los procesos de duelo ocurren de manera distinta, según la etapa de desarrollo de vida; en el caso de los pequeños, los episodios de duelo suelen ser más cortos, debido a que ellos no exploran o no comprenden sus pensamientos y sentimientos como los adultos.
El duelo en las etapas de desarrollo infantil
Los bebés recién nacidos o de 12 o 14 meses, no saben lo que es la muerte, pero, al ser separados de la madre pueden llegar a ser apáticos, callados e inactivos; los pequeños de 2 a 3 años, suelen confundir la muerte con estar dormidos y experimentar ansiedad, angustia, e incluso, perder el habla por un tiempo.
De los 3 a los 6 años, piensan que la muerte es temporal y reversible, como si la persona durmiera y después de un tiempo despertara, e incluso, llegan a creer que los propios pensamientos “malos” causaron la enfermedad o muerte de la persona y pueden presentar trastornos al comer, al dormir o en el control de las funciones corporales.
De los 6 a los 9 años, comienzan con la curiosidad por el tema de la muerte, se hacen preguntas, ven a la muerte como una persona o espíritu, la ven como un proceso definitivo que solo les pasa a las personas mayores y pueden presentar problemas de aprendizaje.
(Comportamiento agresivo o antisocial, apego y/o dependencia a otras personas y preocupación por la propia salud.)
Etapa final
Finalmente, de los 9 años en adelante, ven a la muerte como algo inevitable, irreversible y que le pasa a todas las personas.
Recuerda que los pequeños pueden manifestar sus emociones y pensamientos derivados de los acontecimientos inesperados, de manera diferente y única; por ello, es importante que se pueda hablar con ellos sobre este tema de manera sencilla.
Para que cuando lleguen este tipo de eventos, no se tenga duda de qué se tiene o debe hacer, no se les excluya y puedan afrontar la pérdida y el proceso de duelo de mejor manera.
Si identificas que tu pequeño o que el pequeño de algunos de tus conocidos está pasando por una pérdida o proceso de duelo y su comportamiento ha cambiado, no dudes en prestar atención, buscar ayuda de un profesional de la salud mental (psicólogo) y acompañarlo en el proceso.