Hoy en día, solemos tener muy presente o normalizado que cuando una persona se encuentra en un estado de depresión suele mostrarse decaída, sin ganas o aislada, pero, la realidad es que no siempre suele ser así; ya que en ocasiones, puede tratarse de una depresión sonriente, o también llamada, depresión atípica; y esta, es una clase de depresión muy común.
La diferencia que tiene la depresión atípica con la depresión ‘‘común’’, es justo como su nombre lo dice, los síntomas son pocos comunes o contrarios a lo que se espera encontrar en una persona que se encuentra en depresión.
Por ejemplo: en lugar de mostrar un bajo estado de ánimo, se puede presentar un estado de ánimo irritable o aparentemente mostrarse bien; en lugar de no tener hambre como suele presentarse, puede ocurrir un aumento de apetito; en lugar de sentir mucho cansancio o sueño, puede presentarse nerviosismo o sentir que se tiene que estar en movimiento, mantenerse ocupado, etc.
Depresión sonriente
Según el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), la diferencia entre la depresión que todos solemos conocer y la depresión atípica, es que, en la depresión atípica, el estado de ánimo suele presentar mejoría de manera temporal cuando vivimos acontecimientos positivos.
Este tipo de depresión se caracteriza por la reactividad del estado de ánimo, es decir, cuando se presentan acontecimientos positivos para la persona, por ejemplo: una visita de un ser querido, realizar una actividad favorita, etc., la tristeza no estará presente por un período de tiempo prolongado, y, permanecerá sólo si las circunstancias externas se mantienen favorables para la persona.
Es por ello, que en ocasiones no nos damos cuenta cuando nuestro amigo, familiar o persona que queremos se encuentra en un estado depresivo, porque quizás aportamos algo positivo o puede ser que estemos percibiendo un estado de felicidad falso, pasajero e irreal, sin imaginar que el mismo es de corta duración, ya que es algo aparente.
Síntomas de la depresión atípica
Síntomas que suelen ser frecuentes y opuestos a una depresión “normalizada”:
- Comer en exceso o tener un aumento de peso.
- Sueño excesivo.
- Fatiga, debilidad y sensación de pesadez corporal.
- Sensibilidad intensa al rechazo o a la crítica.
- Estados de ánimo reactivos (ponerte feliz solo con eventos positivos).
La depresión nos puede provocar deseo de alejarnos de las personas que son importantes para nosotros, inclusive, hacernos pensar que no hay opciones y que jamás lograremos sentirnos mejor.
Recuerda que es importante no suponer cómo se encuentra alguien y que siempre es mejor y recomendable preguntar qué es lo que siente; así mismo, recuerda que apoyamos mucho estando presentes, escuchando y brindando espacio.
Por otro lado, es sugerible acudir con un profesional de la salud mental si se está ante este trastorno, ya que no necesariamente tenemos que vivir nuestros procesos solos.